Para el 2040, la hepatitis podría ser más letal que el sida, malaria y la tuberculosis juntos: ONU
La OMS recomienda, para evitar nuevas infecciones y muertes por hepatitis B y C, facilitar el acceso al tratamiento para todas las mujeres embarazadas que viven con hepatitis B, o suministrar vacunas contra esta enfermedad para los recién nacidos.
Fija además como objetivos deseables el diagnosticar al 90 por ciento de personas que viven con hepatitis B y C, así como garantizar el tratamiento al 80 por ciento de las personas diagnosticadas.
En el caso de la hepatitis B, la transmisión de madre a hijo durante el embarazo es la más habitual y se produce fundamentalmente en la región del Pacífico Occidental, África y el Sudeste Asiático, donde la detección en mujeres embarazadas mediante la prueba de la hepatitis B es clave para frenar la transmisión.
No obstante, un nuevo informe de la OMS muestra que solo el 78 por ciento de los países estudiados (64 de 82) aseguraron contar con una política nacional sobre pruebas de detección de la hepatitis B durante el embarazo.
De ellos, solo la mitad (32 de 64) declararon aplicar finalmente estas medidas en las clínicas de atención prenatal.
En este sentido, la OMS insistió en que el aumento de las pruebas de hepatitis y su tratamiento dentro de los programas de VIH jugará un papel fundamental en la eliminación de la hepatitis B en los países más afectados por esta tipología del virus.
Además, la organización destacó la inclusión de una vacuna contra la hepatitis B a las dosis de nacimiento en la Estrategia de Inversión de Vacunas 2018 de la Alianza Gavi, pues considera que «impulsará los programas de vacunación de recién nacidos en África occidental y central, donde las tasas de transmisión maternoinfantil de la hepatitis B siguen siendo muy altas».