Donde hay conflicto, normalmente se reduce a conversaciones que son cruciales y donde hay mucho en juego: las emociones son fuertes y las opiniones difieren. De acuerdo a un artículo publicado por el , en colaboración con Forbes.es, es difícil dominar estas situaciones sin un alto grado de inteligencia emocional. Hay cuatro errores comunes que se deben evitar y las estrategias para ir por el camino correcto.
Primer error
Ser groseramente honesto. Las cosas hay que saber decirlas. Ser honesto sin ser grosero. Con la inteligencia emocional se puede decir la verdad sin quemar un puente. Mucha gente piensa que el contenido de la conversación es lo que hace a la gente ponerse a la defensiva, por lo que asumen que es mejor decir las cosas como salgan. Pero no es así. La gente se pone a la defensiva por la intención que hay detrás del contenido. No es la verdad lo que duele, sino lo mal que se dice la verdad.
Segundo error
Compartir “robóticamente” sus sentimientos. Algunos profesionales de la comunicación sugieren que cuando es el momento de hablar, la forma más diplomática de hacerlo es empezando por compartir los sentimientos . Pero cuando hablamos de nuestros sentimientos por formalidad diplomática, realmente no sentimos nada y eso confunde a la gente. Es mejor empezar ahablar de hechos. Es decir, podemos recurrir a los sentimientos y emociones pero a partir de datos y argumentos útiles.
Tercer error
Defender su posición. Cuando alguien recibe una opinión contraria sobre un tema que realmente le preocupa, la reacción natural es la “defensa”. Peroponerse a la defensiva es una ruta segura para el fracaso. Tenga curiosidad. Desarrolla una sana duda acerca de tu propia seguridad. La mejor manera de persuadir es escuchando.
Cuarto error
Culpar a otros de tu situación. Su jefe le dice que va a llevar adelante un proyecto. Más tarde se entera de que han nombrado a otra persona . Se siente decepcionado. ¿Es su jefe el causante de esa decepción?
Cuando nos sentimos amenazados, ampliamos nuestras emociones negativas culpando a los demás de nuestros problemas. Pero hay que pararse a pensar qué papel ha jugado para generar esa situación. Una parte de la decepción tiene que ver con la “traición” del jefe, pero otra parte tendría que ser por no haberse esforzado lo suficiente para ser la mejor opción para el proyecto.
La mejor manera de ganar una discusión es nunca tener una. Las personas exitosas saben esto. No evitan el conflicto, porque saben que pueden sacar algún beneficio antes de que se les vaya de las manos. Aplique estas estrategias antes de su próximo conflicto y le sorprenderán los resultados.