Han pasado seis años desde que Steve Jobs presentó su ambicioso plan para construir una nueva sede central para Apple en la ciudad de Cupertino, en el norte de California.
Fue el último gran proyecto que el inventor del iPhone -que habría cumplido 62 años este 24 de febrero- pudo dejar en marcha antes de morir en 2011.
Hoy es una realidad y abrirá sus puertas el próximo mes de abril.
Su diseño -de la firma del prestigioso arquitecto británico Norman Foster- es tan futurista que Silicon Valley lo ha bautizado como la «nave espacial».
Te mostramos cómo es:
«Steve lo imaginó como un centro para la creatividad y la colaboración», afirma la empresa tecnológica.
«Estaba eufórico e inspirado por el paisaje californiano, por su luz y por su extensión. Apple Park captura su espíritu muy bien», declaró por escrito su viuda, la activista y filántropa Laurene Powell Jobs.
Según Tim Cook, el actual director ejecutivo y consejero delegado de la firma, «la visión de Steve para Apple se adelantaba a su tiempo».
«Quería que Apple Park se convirtiera en sede de la innovación para las generaciones venideras. Los espacios de trabajo y las zonas verdes fueron diseñados para inspirar a nuestro equipo y proteger el medio ambiente», dijo el directivo.
Según Cook, se trata de «uno de los edificios más energéticamente eficientes del mundo, pues funcionará exclusivamente con energía renovable».
El diseño del complejo, cuya estructura circular en forma de anillo impresiona sobre todo desde las alturas, permite que el aire circule por su interior, ventilándose de manera natural y ofreciendo una temperatura agradable durante nueve meses al año sin necesidad de calefacción o aire acondicionado.
Apple Park tendrá más 9.000 árboles nativos y resistentes a la sequía y 17 megavatios de techos solares que hacen de este lugar una de las instalaciones de energía solar más grandes del planeta.