De acuerdo con un estudio llevado a cabo por el centro de Investigación del Instituto de Economía y Paz en México, el gobierno mexicano destinó en 2016 el 18% de su PIB al combate a la inseguridad, lo cual representa un valor de 25 mil del águila por ciudadano. Inversión sin muchos resultados, por cierto.
Por lo anterior, la encargada de presentar los resultados del estudio, Patricia de Obeso, señaló que las autoridades deberían de considerar si la inversión que hemos hecho en los últimos diez años ha tenido un impacto real. Mejor aún, deberían cuestionarse “en qué deberíamos estar invirtiendo para mejorar los niveles de paz”, cita Proceso a De Obeso.
Para obtener la cifra que todos pagamos (y eso que muchos ni siquiera ganan eso aunque junten lo de 3 quincenas), la especialista explicó que se tomó en cuenta lo que el gobierno gastó en las Fuerzas Armadas, en el Sistema Judicial y, además, en lo que gastan las empresas para protegerse.
Una mala inversión
Aun con todo lo que se gastó el año pasado para combatir la inseguridad, ésta arreció provocando que la paz del país tuviera un retroceso de 4%. Y cómo no, si por mucho que le inviertan, los mexicanos relacionen con violencia males que provoca y alimenta el propio gobierno (y los ciudadanos también, la verdad): Corrupción e impunidad. Debido a esos dos elementos, se tienen en nuestro país números desalentadores en lo que respecta a la impartición de justicia: 90% de los homicidios que se denuncian en el país quedan impunes. Sólo uno de cada 10 homicidios llega a una resolución.
¿La crisis está en nuestras mentes?
Mientras que la ciudadanía no ve la baja en la inseguridad, las autoridades presumen disminución de los delitos. La razón es fácil. No es que vivan en una realidad alterna, sino que ven las cosas desde otra perspectiva. Por ejemplo, en Veracruz y Nayarit, las autoridades contabilizan de un modo particular los homicidios: descartando el 40% de los casos, para los cuales ni siquiera abren investigación. “Claramente tenemos deficiencias en los datos oficiales de incidencia delictiva y eso es serio, porque cómo conocer la realidad de lo que está pasando en el país si cada vez podemos confiar menos en ese tipo de datos”, señaló De Obeso en entrevista para Radio Fórmula.