Ángel García Moreno, arquitecto de seguridad del área de Asesoría de Riesgos de Deloitte, es parte de un equipo de hackers éticos, quienes ponen a prueba los sistemas de sus clientes.
García Moreno y sus otros 14 compañeros conocen las técnicas utilizadas por ciberdelincuentes y están actualizados en los métodos de ataque. En la actualidad, la conectividad y la digitalización están provocando que la ciberseguridad se convierta en una preocupación palpable.
Los hackers éticos son muy cotizados, pues de acuerdo con un informe de Infoempleo y Deloitte, estos especialistas son los mejores pagados en el sector de la Tecnología Informática (IT), con unos salarios de entre 80 mil y 123 mil dólares al año, pues son profesionales difíciles de encontrar.
El año pasado, Telefónica nombró al hacker Chema Alonso como su chief data officer, quien podría ser la única persona con cabello largo sentada en el comité de dirección de una firma.
“La experiencia es fundamental, porque te permite detectar pistas por donde otros pasan y no ven nada”, indicó Fernando Saavedra, del departamento de ciberseguridad de Áudea.
Agregó que este tipo de hackers deben estar actualizados en tecnologías, herramientas y vulnerabilidades. “El conocimiento sobre distintas tipologías de sistemas de información, sistemas operativos, base de datos, dispositivos de comunicación y seguridad perimetral, entre otros, son fundamentales como conocimiento de base para un hacker ético”, explicó.
Saavedra detalló que “su día a día requiere mucha concentración para dar pasos firmes, analizar la cantidad de información que recopila y seguir las pistas que le han de llevar a detectar y explotar los posibles fallos de los sistemas”.
En España existen instituciones especializadas que ofrecen este tipo de formación, tal es el caso del Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital (U-tad) que en 2014 lanzó un máster en Ciberseguridad.