Un bebé gestado por un embrión “genéticamente diagnosticado” nacerá en los próximos días en una clínica cordobesa de fecundación privada, que implantó una selección de embriones con la “cantidad normal” de cromosomas en una mujer de 40 años para descartar que el bebé afronte complicaciones madurativas.
El método, el primero que se aplica en una clínica del interior del país, permite además descartar abortos espontáneos o embarazos múltiples. “Se trata de una técnica conocida como diagnóstico genético de preimplantación (PGS por sus siglas en inglés)”, explicó José Pérez Alzaa, director médico de la clínica de fecundación asistida Fecundart.
El PGS es el estudio del ADN de embriones obtenidos por fertilización in vitro para detectar anomalías monogénicas y cromosómicas. De este modo, permite transferir al útero materno sólo aquellos embriones que no presenten la enfermedad genética para la cual la pareja consultante se encuentra en situación de riesgo.
En un futuro va a haber gente que va a querer tener niños perfectos
El especialista dijo que se toman “tres o cuatro células de la placenta primitiva de ese embrión sobre las cuales hacemos un estudio para establecer si va a haber algún problema cromosómico” respecto de la “estructura que lleva toda la información, como color del cabello y de los ojos”.
“Las anomalías cromosómicas más frecuentes son las trisomías no viables, es decir, fallas cromosómicas que pueden impedir la implantación para la fertilización asistida. Las trisomías no viables son las causas número uno de las fallas de implantación, que causan los abortos”, añadió.
Asimismo, señaló que “este procedimiento puede mejorar los resultados de la fertilización asistida y evitar los abortos espontáneos, así como reducir los embarazos múltiples y criopreservar menos embriones que no son viables”.
El especialista indicó que “el método tiene como objetivo conseguir embriones que mejoren los resultados, que reduzcan los costos y que una mujer no se someta a fracasos, estrés psicológico, inyecciones”.
El diagnóstico genético de preimplantación identifica los embriones sanos cromosómicamente y se utiliza en diagnósticos de anomalías cromosómicas como puede ser el síndrome de Down o la fibrosis quística.
Los embriones “sanos” fueron implantados durante agosto y, según el médico, “de seis embriones que se han logrado, se implantaron tres y logramos en todos los casos un embarazo en curso”.
Además, manifestó al diario La Nueva Mañanaque en Córdoba hay tres casos de mujeres a las que se les transfirió un embrión para evitar un embarazo múltiple. “Una de ellas está cursando un embarazo de 38 semanas, es una mujer de 40 años que quería evitar un embarazo múltiple y (prefirió) que fuera normal cromosómicamente”, dijo.
El médico explicó que cuando un embrión muestra una anomalía y la madre se niega a su implantación, el mismo no puede ser descartado ya que el Código Civil sostiene que “la existencia de la persona humana comienza con la concepción”. Por eso, cientos de embriones que son creados a partir de fecundaciones in vitro no pueden ser descartados ni donados.
“Los tenemos guardados hasta que aparezca una legislación para utilizarlo en otra investigación, o descartarlo. En Fecundart tenemos más de 200”, sostuvo Pérez Alzaa en diálogo con Cadena 3.
Finalmente, sostuvo: “En un futuro va a haber gente que va a querer tener niños perfectos, pero nuestra función es mejorar nuestras técnicas y tratar de que la gente pueda aprovechar esto, más allá de los deslices”.
El nacimiento reavivó el debate ético que a nivel global se sostiene sobre distintas técnicas de manipulación de genes, sobre todo cuando apunta a producir bebés a medida de la necesidad o el gusto de sus padres.