¿Pagaría alguien por usar Facebook? Puede parecer de locos ¿verdad? Pues bien, un grupo de emprendedores ha entendido que todavía hay un hueco en el segmento de las redes sociales, dando a luz a Vero, el último fenómeno del momento.
La nueva aplicación -disponible en iPhone y Android- ha tenido un estreno arrollador y sus servidores apenas dan abasto para atender el aluvión de nuevas altas y contenido que sus primeros usuarios se esfuerzan en generar. Pero… ¿qué es Vero exactamente? Si tuviéramos que explicarlo empleando redes ya conocidas, se trata de un híbrido a medio camino entre Instagram y Facebook que cuenta con un muro en el que el usuario puede subir fotos, lugares, recomendar libros o películas.
Los usuarios de Vero pueden compartir contenido y esperar me gusta o comentarios, nada realmente diferente de lo que ya hayamos visto hasta la fecha en las redes predominantes, pero sin embargo la recién llegada se ha convertido en tendencia en tiempo récord y como apuntamos, sus servidores no consiguen dar servicio al aluvión de nuevas altas y contenido que están recibiendo. En realidad, Vero está beneficiándose de un reclamo para multiplicar sus usuarios en el lanzamiento: el primer millón de altas podrá usar la red de forma totalmente gratuita de por vida. Claro, quién iba a considerar pagar por usar una red social… Pues bien, en este servicio no solo lo están considerando, sino que su modelo de negocio se basa precisamente en esto, la suscripción de usuarios.
Lo que proponen sus creadores es mantener una plataforma completamente libre de publicidad y de algoritmos que alteren el contenido, donde la privacidad del usuario sea la máxima prioridad. En Vero, el dueño del perfil deja de ser el producto, justo el modelo de negocio contrario al de Facebook o Google, firmas en las que el usuario se encuentra en la diana y es el centro de la monetización.
El difícil equilibrio entre valor añadido y la privacidad podría estar comenzando a pasar factura al producto de Mark Zuckerberg, que está comprobando cómo el tiempo de permanencia de sus usuarios es cada vez menor, por un lado, y cómo las autoridades comienzan a tomar cartas en el asunto.
Todavía no se ha especificado el importe de la suscripción anual, pero se espera que sea una cifra asumible por todo el mundo y similar a otros modelos de suscripción a los que ya estamos habituados. ¿Merecerá la pena pagar y saldrá adelante el proyecto? Vero ofrece una nueva experiencia en la que se pueden aglutinar toda clase de actividades (incluyendo enlaces para artículos) en una interfaz muy limpia y simple de usar.
Sobre el papel y a la vista de la saturación de altas, parece que puede funcionar, pero este proyecto se enfrenta todavía a dos grandes monstruos. El primero, el vivido por proyectos similares como Peach o Ello, que vivieron comienzos fulgurantes y hoy ¿quién se acuerda de ellas? El segundo gran obstáculo a superar es el de la solvencia: mantener una red de estas características exige mucho capital y conocimiento, y por el momento, el servicio no llega a atender las nuevas altas, siendo las primeras horas críticas. Vero puede vivir, pero como herramienta de nicho y para un perfil selecto de usuarios, y eso tampoco estaría nada mal.