Por Lucía Pérez Moreno
Los requisitos de trabajo son iguales a los de cualquier call center: “Tener habilidades con computadoras, ser responsable y flexible”. La diferencia es que aquí vienen personas que llevan años buscando empleo. De los 230 trabajadores de Call Yachol, 170 tienen algún tipo de discapacidad física o mental. Desde luego, no se contrata a sordos, autistas, ni gente con serias dificultades cognitivas.
Hay personas con mala visión o audición, problemas de movilidad, y muchos que han vivido situaciones extremas de violencia familiar o traumas de guerra. El centro no hace distinción de edad (acepta aspirantes desde 18 hasta 65 años), de género o religión. Aquí trabajan con hijab y sin hijab.
Su fundador es el doctor en Psicología Gil Winch, quien, hace 10 años, cambió el diván por el mundo empresarial. Empezó trabajando con 13 personas discapacitadas y batalló para conseguir su primer cliente. “Las firmas temían despidos y mala prensa, aun cuando eran nuestros empleados, no de ellos”, dice Winch.
Hoy, Call Yachol atiende empresas de seguros, informática y telecomunicaciones. Su modelo de negocios mezcla principios clínicos, empresariales y familiares.
En sus años de terapeuta, Winch constató que el apoyo familiar juega un rol crucial para salir de situaciones difíciles, así que implantó la figura (materna) de la Leona, que ayuda a los empleados a resolver problemas personales relacionados con su desempeño laboral.
Los supervisores están entrenados para no levantar la voz, sino hablar con empatía para crear un ambiente laboral agradable. Hay flexibilidad de turnos y de horas de trabajo. Call Yachol invierte 50% más de tiempo en capacitación, pero su tasa de rotación es más baja.
- “Hoy celebro 7 años de trabajo en Call Yacholl. Desde que llegué aquí, sentí el ambiente familiar especial y la atmósfera de unión que existe entre todos nosotros. Deseo que preservemos estos valores y nuestro ambiente familiar especial durante muchos años. Espero y rezo para que los próximos siete años no sean menos buenos o incluso más.” Yossi Zidovich. Foto: Call Yachol.
- “Cuando recibes un golpe tras otro, necesitas una fuerza tremenda para levantarte todas las mañanas y rearmarte. Trabajar en Cal Yachol fue un desafío personal para mí y una prueba de que podía regresar y luchar por mi lugar en la sociedad y no permanecer al margen en la oscuridad. La inversión en mí como empleado y como persona me dio confianza en el camino y entendí que no hay más limitaciones que las que estableceré para mí “. Erez Casas, un ex activista de Call Yachol y activista en la lucha de discapacitados, escribe sobre los conocimientos y las herramientas que adquirió mientras trabajaba para la empresa. Foto: Alexei Korotkevich/Call Yachol.
- Después de muchos años volví a sonreír. Tengo un trabajo. “Mi nombre es Tahani Mani’i, tengo 46 años, soy residente de Jaffa y madre de cuatro. Durante muchos años estuve buscando un trabajo bueno y flexible. Es difícil para nosotras, las mujeres y las madres religiosas, porque somos religiosas y con frecuencia no llevamos muy buen vestido o porque somos mayores y la mayoría de los empleadores son renuentes a contratar personas de edad avanzada. Estaba cerca de la desesperación. Hace unos cinco años me contaron sobre “Call Yachol”, una empresa social que ofrece una oportunidad real. Llegué a una entrevista de trabajo y me alegré de que me aceptaran. Después de muchos años volví a sonreír”. Foto: Call Yachol.
- “En 2011 comencé a trabajar en el centro de Call yachol, este es mi primer lugar de trabajo. Salgo de la casa todos los días y llego a un lugar donde la gente es agradable y los gerentes son considerados. Mis mejores amigos han trabajado y trabajan aquí. ¡Hace aproximadamente un año fui ascendida a gerente de turno! Todavía estoy emocionada cuando pienso y entiendo de qué manera crecido. Hasta hace unos años no sabía ni una palabra en hebreo, hoy ya soy uno de los gerentes de la compañía.” Mania, Israelí. Foto: Call Yachol.
- “Yo era una mujer cerrada, no hablaba mucho y siempre buscando los rincones. Hoy algunos dicen que el problema está al revés sigo hablando y compartiendo y tengo algo que decir!”. Efrat Ben Isaac escribe honestamente acerca de los clichés que la acompañaron en el camino para ser un gran empleado y un talento talentoso de Call Yachol. Alexei Korotkevich/Call Yachol.
- “Hoy celebro 7 años de trabajo en Call Yacholl. Desde que llegué aquí, sentí el ambiente familiar especial y la atmósfera de unión que existe entre todos nosotros. Deseo que preservemos estos valores y nuestro ambiente familiar especial durante muchos años. Espero y rezo para que los próximos siete años no sean menos buenos o incluso más.” Yossi Zidovich. Foto: Call Yachol.
- “Cuando recibes un golpe tras otro, necesitas una fuerza tremenda para levantarte todas las mañanas y rearmarte. Trabajar en Cal Yachol fue un desafío personal para mí y una prueba de que podía regresar y luchar por mi lugar en la sociedad y no permanecer al margen en la oscuridad. La inversión en mí como empleado y como persona me dio confianza en el camino y entendí que no hay más limitaciones que las que estableceré para mí “. Erez Casas, un ex activista de Call Yachol y activista en la lucha de discapacitados, escribe sobre los conocimientos y las herramientas que adquirió mientras trabajaba para la empresa. Foto: Alexei Korotkevich/Call Yachol.
- Después de muchos años volví a sonreír. Tengo un trabajo. “Mi nombre es Tahani Mani’i, tengo 46 años, soy residente de Jaffa y madre de cuatro. Durante muchos años estuve buscando un trabajo bueno y flexible. Es difícil para nosotras, las mujeres y las madres religiosas, porque somos religiosas y con frecuencia no llevamos muy buen vestido o porque somos mayores y la mayoría de los empleadores son renuentes a contratar personas de edad avanzada. Estaba cerca de la desesperación. Hace unos cinco años me contaron sobre “Call Yachol”, una empresa social que ofrece una oportunidad real. Llegué a una entrevista de trabajo y me alegré de que me aceptaran. Después de muchos años volví a sonreír”. Foto: Call Yachol.
- “En 2011 comencé a trabajar en el centro de Call yachol, este es mi primer lugar de trabajo. Salgo de la casa todos los días y llego a un lugar donde la gente es agradable y los gerentes son considerados. Mis mejores amigos han trabajado y trabajan aquí. ¡Hace aproximadamente un año fui ascendida a gerente de turno! Todavía estoy emocionada cuando pienso y entiendo de qué manera crecido. Hasta hace unos años no sabía ni una palabra en hebreo, hoy ya soy uno de los gerentes de la compañía.” Mania, Israelí. Foto: Call Yachol.
- “Yo era una mujer cerrada, no hablaba mucho y siempre buscando los rincones. Hoy algunos dicen que el problema está al revés sigo hablando y compartiendo y tengo algo que decir!”. Efrat Ben Isaac escribe honestamente acerca de los clichés que la acompañaron en el camino para ser un gran empleado y un talento talentoso de Call Yachol. Alexei Korotkevich/Call Yachol.
- “Hoy celebro 7 años de trabajo en Call Yacholl. Desde que llegué aquí, sentí el ambiente familiar especial y la atmósfera de unión que existe entre todos nosotros. Deseo que preservemos estos valores y nuestro ambiente familiar especial durante muchos años. Espero y rezo para que los próximos siete años no sean menos buenos o incluso más.” Yossi Zidovich. Foto: Call Yachol.
Yossi Zidovutz, con escasa movilidad en las piernas, estudió Periodismo y Sociología, pero pasó cuatro años sin empleo. Tras enviar cientos de currículos, llegó a Call Yachol, donde ya cumplió ocho años como asesor en el área de seguros. Las personas con las que habla diariamente no saben nada de sus circunstancias físicas.
En Israel, 18% de la población tiene algún tipo de discapacidad y, aunque la ley laboral obliga a las empresas con más de 100 empleados a reservarles 5% de los puestos de trabajo, hay dificultades para cumplir con esta normativa, en parte porque muchos discapacitados temen que, al emplearse, puedan perder sus pensiones. Winch ha logrado encontrar una fórmula que les permita conservar este derecho y, más importante, ha desarrollado un negocio exitoso con más de 10 años operando.
Su mensaje es que, si la sociedad asigna espacios de estacionamiento a las personas con discapacidad, debe hacer lo mismo con los puestos de trabajo.
En Israel, 18% de la población tiene algún tipo de discapacidad y la ley laboral obliga a las empresas con más de 100 empleados a reservarles 5% de los puestos de trabajo.