Diez años sin el eterno Michael Jackson

por | Jun 25, 2019 | Entretenimiento

La noticia saltaba a las 14:44 en Los Ángeles en TMZ, web
especializada en información sobre famosos, anunciaba la muerte de Michael
Jackson a los 50 años tras sufrir un paro cardíaco, un suceso que aún estremece
a sus millones de admiradores en todo el mundo.

Todos los medios nos pusimos bajo alerta, pero optamos por
no apretar el gatillo antes de tiempo. La fuente, que con el tiempo ha
demostrado ser plenamente solvente gracias a sus turbias prácticas (pagan por la
información), no era por entonces sinónimo de fiabilidad.

La web publicó un primer urgente en el que se avanzaba que
Jackson había sufrido un paro cardiaco. Todos nos pusimos sobre la pista, pero
no publicamos una sola palabra hasta que las confirmaciones comenzaron a llegar
vía CNN y Los Angeles Times.

TMZ volvió a adelantarse y dio la muerte de Jackson en
exclusiva. Los grandes medios tardaron varios minutos en verificarlo y
publicarlo de forma independiente.

El genial y excéntrico Jackson falleció el 25 de junio de
2009 por sobredosis de anestésicos en su mansión alquilada cerca de Bel Air.

Su deceso provocó un terremoto mediático como nunca he
vivido en 11 años como corresponsal en Los Ángeles, ya fuera en el centro
médico de UCLA donde falleció (inundado por curiosos), en el homenaje que se le
dedicó en el Staples Center el 7 de julio (con centenares de fans en los
exteriores) o en el juicio contra su médico personal (con decenas de fans
durmiendo a las puertas de la Corte para conocer la resolución).

Periodistas de medio mundo se desplazaron a Los Ángeles para
vivir cada segundo del drama, avivado por la rapidez con la que fluían los
rumores a través de las redes sociales.

La autopsia reveló que una dosis excesiva de medicinas con
una alta presencia de benzodiazepina, compuesto empleado para tratar el
insomnio y la ansiedad, causó el fallecimiento.

El médico personal del artista, Conrad Murray, reconoció
que, tras inyectar los sedantes al artista aquella mañana, abandonó la
habitación donde se encontraba para atender unas llamadas. A su regreso, se
encontró a Jackson inerte y sin pulso sobre la cama.

Nada, al menos en la esfera pública, hacía presagiar ese
final. Apenas tres meses antes, Jackson había anunciado su regreso a los
escenarios para julio con un evento de despedida compuesto por 10 conciertos en
el O2 Arena de Londres (la cifra aumentó hasta 50 por la fuerte demanda) que
llevaba por nombre «This is It» (“Esto es Todo”), un título de lo más
premonitorio.

«Estas serán las funciones con las que se bajará el
telón», dijo el artista, muy delgado y con aspecto frágil durante su breve
intervención.

«This is It» iba a ser el broche de oro a la
carrera de Jackson, su regreso por todo lo alto tras años de ausencia en los
escenarios, un declive en el que se vio sumido tras ser acusado de pederastia y
llevado a juicio en 2005.

Fue declarado inocente, si bien su imagen pública nunca se
recuperó plenamente y sus excentricidades -relacionadas con su apariencia y las
actitudes con sus propios hijos- y problemas económicos generaban más titulares
que su arte -su último disco de estudio, «Invincible», fue lanzado en
2001-.

Jackson quería acariciar a su público una vez más echando la
vista atrás a su estratosférica carrera, forjada ante la mirada implacable de
su padre, Joe, a quien el artista llegó a acusar de abusos físicos y
emocionales.

Esa turbia relación fue el origen de su devoción por los
niños, vista como puro amor hacia el prójimo por sus fans y principal fuente de
críticas para sus mayores detractores.

De hecho, el reciente documental «Leaving
Neverland», estrenado en el festival de Sundance, narra los supuestos
abusos sexuales de Jackson a dos menores de edad.

«Es otra morbosa producción en un indignante y patético
intento de aprovecharse y sacar partido de Michael Jackson», apuntaron sus
herederos en un comunicado.

La polémica, diez años después, le sigue rodeando. Y sus
tres hijos (Prince Michael, Paris y Blanket) crecen sabiendo que nunca
encontrarán mayor alivio y acomodo que ese luminoso e inigualable legado
musical que aún emociona a millones de personas.