La situación en Chalco, Estado de México, ha alcanzado un punto crítico tras más de 20 días de inundaciones provocadas por el colapso de los drenajes, resultado de la suciedad acumulada y las intensas lluvias. Unas 2.000 viviendas han quedado sumergidas en aguas negras, afectando a más de 7.600 personas que ahora viven en condiciones insalubres.
A pesar de los esfuerzos del Gobierno del Estado y el Ejército, el nivel del agua sigue sin bajar, dejando a los vecinos en una situación desesperada. Felipe Delgadillo, de 61 años, refleja la difícil realidad de muchos habitantes, que dependen de lanchas para moverse por la colonia, donde el agua sucia alcanza niveles alarmantes. La falta de acceso a servicios básicos ha desatado una crisis sanitaria, con un aumento en casos de enfermedades respiratorias, digestivas y cutáneas. Además, más de 1.100 personas han sido evacuadas, pero muchos otros se resisten a dejar sus hogares por temor a los saqueos.
En un lugar donde la pobreza ya afectaba al 60% de la población, esta catástrofe ha empeorado la situación, dejando a los vecinos sin ingresos y con pocas esperanzas de recibir ayuda inmediata. Los residentes exigen respuestas y acciones concretas del gobierno, mientras intentan proteger lo que les queda y sobrevivir a la creciente amenaza de enfermedades y la destrucción de sus hogares.