El iPhone es uno de los teléfonos más importantes de la industria de la telefonía, no sólo porque lo usan millones de usuarios y porque es de Apple, sino porque funciona con otro sistema operativo que no es Android. Dejando a un lado si es mejor o peor funcionar con iOS, los usuarios de iPhone necesitan saber una cosa: las tripas de su teléfono han cambiado para siempre.
Apple actualizó ayer iOS a la versión 10.3, algo de lo que seguro todos los usuarios del teléfono y del iPad se habrán dado cuenta porque la actualización tardaba mucho más de lo normal en llevarse a cabo.
De lo que quizá no se han enterado es de que, entre las nuevas funciones, hay una sistema para buscar los AirPods. Y de lo que seguro que muy pocos se han dado cuenta es de que Apple ha cambiado por completo la forma en la que gestiona los archivos dentro de estos dispositivos.
No tiene mucho sentido ponerse técnicos, así que, en resumen, Apple ha pasado del clásico sistema de archivos HFS y HFS+, que lleva usando durante décadas en sus ordenadores y que luego heredaron sus dispositivos móviles; por otro sistema propietario llamado ‘Apple File System’, o APFS para los amigos e ingenieros.
¿Qué aporta este cambio? Apple dice haber creado un sistema de gestión de archivos pensado para el tipo de memoria que utilizan hoy en día los discos duros y las memorias de móviles, que es cierto que funcionan en soportes distintos a los empleados hace unos años. De este modo, dicen que el iPhone y otros dispositivos que funcionan con iOS funcionarán mejor y más fluido.
Es un movimiento arriesgado, pese a estos supuestos beneficios, ya que han migrado de un sistema empleado por muchísimos profesionales y que está muy pulido a algo desarrollado por ellos mismos y que, sí, está adaptado a sus dispositivos, pero está por ver si está tan trabajado y perfeccionado.
Al margen de esto y de que todavía se demuestren que los iPhone van mejor o peor con este cambio, hay que felicitar a Apple por ahcer un cambio tan masivo (básicamente, reescribir todos los archivos del sistema de un dispositivo) sin que el usuario final se dé cuenta de que ha pasado algo y sin pedirle que pinche sobre cientos de ventanas y procesos. Aprende, Microsoft.
